Texturas naturales, colores que evocan paisajes reales y materiales conscientes definen una tendencia que llegó para quedarse.

En medio del ritmo acelerado de la vida actual, donde convivimos con pantallas, ruido y ciudad, crece el deseo de volver a lo esencial. De habitar espacios que calmen, que abracen, que inviten a una pausa. Ambientes que nos conectan con algo más profundo. Y ahí, el diseño biofílico ofrece una respuesta clara: integrar la naturaleza al hogar, no solo como adorno, sino como experiencia.

No se trata solo de decorar con plantas o sumar un jarrón de mimbre. Esta corriente propone una manera completa de habitar: paletas terrosas, luz natural, texturas que invitan al tacto, materiales orgánicos que generan cercanía. Todo pensado para crear entornos que se sientan vivos y promuevan el bienestar.

Desde la arquitectura hasta la decoración, cada vez más proyectos buscan reconectar con lo natural. Paletas inspiradas en el bosque, el mar, las montañas los desiertos. Revestimientos que recuerdan la corteza de un árbol. Muebles que no solo cumplen una función, sino que despiertan emociones. Todo apunta a lo mismo: convertir nuestros espacios en refugios.

En sintonía con esta mirada, MASISA ha desarrollado soluciones que traducen la inspiración biofílica en acciones concretas. Productos que combinan funcionalidad, diseño y compromiso con el entorno, pensados para quienes quieren vivir más en conexión. “Los revestimientos ripados son una de nuestras respuestas más claras a esta nueva forma de habitar y permiten transformar muros con una textura cálida y continua, que aporta ritmo y profundidad al espacio. El diseño no solo es visualmente atractivo, sino que también genera una sensación orgánica que ayuda a reconectar con lo natural”, comenta Javiera Barbosa, Arquitecta especializada en Innovación y Emprendimiento de MASISA.

También destacan las melaminas con diseño natural, que replican vetas de madera, tonos minerales o texturas amaderadas y lisas. Son duraderas, fáciles de mantener y, sobre todo, profundamente evocadoras: basta una mirada para sentirse en medio del bosque. El diseño biofílico ya no es un concepto lejano ni exclusivo. Gracias a soluciones accesibles y sostenibles, hoy es posible integrarlo en hogares, oficinas o espacios públicos. Porque habitar bien también es vivir en conexión. Y esa conexión, más natural, más humana, empieza por casa.