Espacios para fomentar la creatividad o muebles flexibles para una familia en desarrollo, podrían ayudar a crear un hogar funcional que permanezca intacto con el tiempo.
El hogar es más que cuatro paredes, es el escenario donde se desarrolla nuestra vida, y al igual que nosotros, es necesario que también evolucione. Ahora bien, estos cambios no tienen por qué ser drásticos, sino que pueden darse naturalmente. Un diseño pensado con visión de futuro permite que el hogar se transforme de a poco, adaptándose a cada etapa sin perder su esencia.
“Es importante diseñar espacios en el hogar que puedan transformarse por completo según las necesidades de cada etapa de la vida. No se trata solo de reutilizar muebles, sino de pensar en ambientes flexibles que puedan evolucionar con el tiempo. Por ejemplo, un dormitorio que hoy cumple su función tradicional, mañana puede convertirse en un escritorio o en un espacio de reunión, adaptándose a nuevas dinámicas y tendencias”, Javiera Barbosa, Arquitecta especializada en Innovación y Emprendimiento de MASISA.
En la infancia, la seguridad y la exploración van de la mano. Por ejemplo, espacios de juego, muebles o revestimientos personalizados y una distribución que favorezca la autonomía de los más pequeños son clave para un desarrollo sano y estimulante.
Al llegar la adolescencia, las necesidades cambian, las habitaciones se transforman en refugios personales, donde las zonas de estudio bien iluminadas y rincones para hobbies fomentan la creatividad y el aprendizaje.
Según el estudio Life At Home realizado por IKEA el 2023, en el cual se analizó cómo viven las familias de distintos países, se identificó que, para el 60% de los chilenos, su casa es su lugar preferido y lo consideran como un espacio cómodo, recalcando la importancia de crear un espacio armonioso para pasar el día a día.
Además, el mismo informe identificó cuatro afirmaciones fundamentales para las familias chilenas. En primer lugar, el control, el confort y la seguridad son indispensables; la diversión y la realización proporcionan momentos significativos; el cuidado y el sentimiento de pertenencia satisfacen nuestra necesidad de generar vínculos; y las aspiraciones nos dan esperanza para alcanzar nuestros sueños.
La adultez también brinda nuevas dinámicas, como la vida en pareja o el crecimiento familiar. Aquí, la clave está en la versatilidad, como ambientes modulares que se ajusten a las necesidades y permitan que cada rincón sea multiuso.
Por último en la vejez, el hogar debe priorizar la accesibilidad y el confort, eliminando barreras arquitectónicas y creando entornos armónicos que inviten a la tranquilidad y el bienestar.
Pensar en el diseño del hogar por ciclos de vida es apostar por un espacio que se adapte a uno, en lugar de al revés. Un diseño optimizado nos permite disfrutar cada etapa con plenitud, asegurando que el hogar siga siendo el mejor refugio a lo largo del tiempo.